domingo, 12 de junio de 2011

DÍA DEL PADRE.


Papito, papito eres mi vida, papito, papito eres mis sol. Llega cantando Inés a su casa luego del colegio. Rafael se la queda mirando asombrado y no dice nada. Él está preparando un baile para el día del padre, tiene que vestirse de montonero arequipeño. Ya ha visto el traje y le gusta mucho el sombrero y los pañuelos pero no le agrada mucho bailar para un papá que no está.
La mamá se da cuenta que algo no está bien cuando a la hora de almuerzo sus dos hijos comen y ya. “Rafa estás muy calladito, no has dicho nada todo el almuerzo ¿Estás bien?”
Rafael asiente con la cabeza pero en ese momento Inés empieza a cantar: “Papito, papito eres mi vida, papito, papito eres mis sol”. “¿Por qué cantas esa canción?” Pregunta Rafael con un notable enojo. “Me la están enseñando en el colegio”, dice Inés, “la voy a cantar el día del padre. Es muy bonita y tengo que ir con vestido y cintas en el pelo”. Rafael resopla molesto, mira a su mamá y le dice “¡Ella no sabe nada!” Pone la cuchara en la mesa y se cruza de brazos.
Más tarde mamá entra a la habitación de Rafael y lo encuentra dibujando. “Rafa que lindo tu dibujo, ¿Quiénes son?” Es una familia papá, mamá y los hijos pero yo no tengo familia señala enojado y sin levantar la vista del papel.
La mamá está preocupada por su pequeño. Lo lleva a la cama y lo sienta a su lado. “Mira  mi amor. Tu si tienes familia”, le dice mirándolo a los ojos mientras toma sus manos entre las suyas. “Tienes a tu abuela que te ama con todo su corazón y que siempre está cuidándote. ¿Qué es lo que te dice siempre tu abuela?“
“Que soy su campeón” dice Rafael enfurruñado y baja la vista al piso.
“Me tienes a mí que soy tu mamá y te amo muchísimo y tienes a tu hermanita que quiere jugar siempre contigo porque eres su hermano mayor, su ejemplo, el que le enseña cosas. Ves que si tienes una familia. Y también tienes papá, no es verdad que no lo tengas. Él decidió viajar, y decidió comunicarse muy poco con nosotros pero esa fue su decisión, no la nuestra y tampoco tenemos la culpa de eso, a veces los adultos se equivocan. Yo sé que te sientes triste pero quiero que sepas que no es tu culpa. Eres un niño maravilloso, del que estoy orgullosa y estoy segura que un día tu papá se dará cuenta de todo lo que se ha perdido y se pondrá muy triste. Por ejemplo el baile que vas a hacer este fin de semana. Estoy segura que te saldrá muy bonito”.
“Si pero ¿para quién voy a bailar si él no está?”. Señaló Rafael mientras se limpiaba una lagrimita.
“Puedes bailar para tu familia que estaremos allí aplaudiéndote”.
Mamá lo beso, le puso una crucecita en la frente y lo abrazó. Rafael no se quedó muy convencido con lo que le dijo su mamá pero ya no estaba molesto.

El día de la actuación Inés cantó con su vestido rosado y su listón en la cabeza, Rafael bailó el montonero arequipeño, mamá y abuela aplaudieron orgullosas. Al terminar la actuación toda la familia se tomó una foto. Rafael pidió una copia para él y la pegó en la pared de su cuarto junto a un cartel en el que escribió. “Mi familia”   

Claudia Guillen Diaz del Olmo

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