viernes, 28 de octubre de 2011

Un cuento


MICHITO


Inés bajo las últimas tres  gradas camino a la cocina de un salto largo
Volteó a la izquierda y siguió corriendo
De pronto frenó sus pasos a la entrada
¿Será?, se preguntó ¿Hoy será el gran día?
Entró con lentamente, un paso detrás de otro,
Sus manos apretaban muy fuerte a Pachón; (su muñeco preferido)
Sus ojos se fueron abriendo cada vez más
mientras se dibujaba una sonrisa de admiración y  de alegría en su rostro.

¡Ya nacieron! Gritó,
 Dejó caer a Pachón de sus manos para taparse con ellas  la boca.
Sh sh sh, No quería despertar a los bebes.

Sabía que debía estar calladita. Así lo aprendió de su tía Paula cuando nació su primo Mario.
Levantó a Pachón y lo acomodó en una silla,
 regresó a la canasta y se puso de rodillas.
Uno, dos, tres, cuatro, contó.
Eran cuatro los bebes gatitos que dormían junto a su madre en aquella canasta.
“¡Sabía que todo iba a salir bien!” se dijo mientras pasaba sus manitos por el cuerpecito de los recién llegados.
Cuando los demás miembros de la familia se levantaron
 encontraron a Inés frente a la canasta de la cocina
observando como los cuatro mininos buscaban,
con los ojos cerrados,
el pecho de mamá Ramona que llenaría sus pancitas de rica leche
y  los haría crecer.
 Esto también lo sabía Inés por Mario su primo que era un tragón de leche de mamá.
La Sra……(tú pon el nombre) mamá de Inés entró a la cocina y al ver a los gatitos sus ojos también se abrieron como los de Inés pero en su rostro no hubo sonrisa sino más bien preocupación.
“Esos gatitos están muy chiquitos” comentó la abuela al verlos.
¡Qué feos son! dijo Rafael el hermano mayor de Inés. Casi no tienen pelo.
“No son feos”, dijo Inés sin levantar la vista de la canasta, “son bebes, luego les crece el pelo y abren los ojos como Mario”. Estaba admirada! Aquellas criaturitas, eran del porte de la palma de su mano. Las había esperado tanto.
Inés no quería ir al colegio para quedarse a cuidar a los gatitos. Pero finalmente fue porque quería contarles a sus amigos sobre sus bebes.
“Son dos gatitos y dos gatitas mamá” aseguró mientras le peinaban el cabello.
“Ya tengo sus nombres: Michi, Michito, Pelusa y Bolita. ¿Mamá los gatos tiene apellido?” Preguntó camino al colegio.
Pero las cosas no estaban bien, lo sabía la mamá y también la abuela.
Esa tarde después del colegio Inés plantó nuevamente las rodillas ante la canasta.
Uno, dos, tres. Volvió a contar.
 Uno, dos tres...¡Mamá! gritó ¡Un gatito se ha escapado! No lo encuentro.
Los ojos de Inés se llenaron de lágrimas mientras buscaba bajo los muebles de la cocina al gatito perdido.
Mamá se sentó en el suelo de la cocina frente a Inés, la miró a los ojos y le dijo. “Ese gatito estaba muy débil amor, nació antes de tiempo por eso ya no está”
¿Lo llevaste al doctor? Preguntó  entre sollozos.
“No corazón” respondió mamá mientras la tomaba entre sus brazos
“El gatito murió, porque no tenía fuerzas para vivir”
 Quiero estar con él, ya lo quería mucho .
Lo sé pero ahora está en el cielo feliz y los que están aquí  te necesitan.
Tendremos un detalle de cariño, lo pondremos en una cajita de jabón y lo enterraremos en el jardín.
Así lo hicieron, pusieron muchas flores y una cruz, como insistió Inés .
Ella misma acomodó piedritas alrededor de la cruz como había visto en una película de vaqueros.
Luego corrió donde estaban los otros gatitos y contó uno, dos, tres. Se acomodó de rodillas frente a ellos y les dijo entre suspiros “no estén tristes, su hermanito Michito está en el cielo ahora y yo me he quedado para cuidarlos”. Se limpió las lágrimas que se le escapaban sin poderlo evitar y volvió a contar: uno, dos, tres.


jueves, 27 de octubre de 2011

Gatito Blanco

¡Ay amigos el gatito blanco murió! Como era de esperarse mi hijo lo tomó en sus manos y se puso a llorar pero más calmado que con los anteriores, creo que ya se lo esperaba.

Lo envolvió en papelseda de color amarillo que tenía entre sus cosas de arte y lo enterró en el jardín. NN le ayudó a abrir la tierra pero él quiso dar unos lampazos.  Al terminar de enterrarlo se puso a jugar en el jardín como siempre, al menos eso yo creía pero cuando volví a verlo estaba juntando piedritas, al rato me buscó y me pidió que lo ayudara con dos palitos que se había agenciado y un pabilo, aquí ya entendí lo que estaba haciendo y se me escarapeló el cuerpo. Lo ayudé sin comentar nada (¿Qué podía comentar? a veces mis hijos me dejan muda) luego bajé a ver lo que estaba haciendo y me encontré con esto.




Abracé a mi hijo y lo felicité por lo bonito que le había quedado. Personalmente no me gusta nada tener eso en mi jardín, lo miro y me estremezco pero mi hijo lo hizo, para él tiene un significado.

"Así deben ser las tumbas de los seres queridos, con una cruz y un cerco".

No sé cuanto tiempo tendremos esto en el jardín. En mi lado macabro recuerdo la película "Cementerio de Mascotas" en mi lado maternal estoy orgullosa de mi hijo. 

martes, 25 de octubre de 2011

La muerte y los niños pequeños

Hemos tenido tres días tristes. El domingo nacieron los seis gatitos de Ramona, tres negros, dos rubios como ella y uno blanco.

En el transcurso de estos tres días se han ido muriendo uno a uno, por más que hemos intentado salvarlos dándoles leche con gotero, abrigándolos, haciendo que Ramona los abrace y se duerma con ellos pero no lo hemos conseguido. A cada muerte de bebe gatito mi hijo lloraba desconsolado por lo que han sido tres días de tortura que me llenaban de impotencia y rabia , un poco con la situación y otro poco conmigo porque debí haber llevado a esa gata a esterilizar antes de que se preñara.

Mi hijo me ha sorprendido por su dedicación y su amor hacia esos bebes que nacieron prematuros, pequeñitos y con poco pelo, la verdad es que a mi me daba un poco de nervios cargarlos pero a él no, él decidido a salvarles la vida se dedicó a cuidarlos por eso el ver sus esfuerzos sin fruto y contemplar como los gatitos se iban muriendo ha sido muy duro para él, he intentado que ya lo deje y ser sólo yo y NN los que nos encarguemos pero no nos ha dejado y sigue aun cuidando al único sobreviviente que es el blanquito. Lo carga con sumo cuidado mientras le trato de dar la leche con el gotero porque Ramona no tiene ni gota de leche la pobre.

Espero que no se muera, ya no quiero ver llorar a mi hijo.  

jueves, 20 de octubre de 2011

¿Hereje Yo?

Octubre morado y las procesiones del Señor de los Milagros invaden la ciudad, el transito se amontona y los desvíos son laberintos sin ton ni son, el mal humor al volante crece como la espuma en un vaso de cerveza.

¿Hereje yo? No, no se trata de eso. Se trata de andar desinformada. Sí, eso debe ser. ¿Por qué se me ocurrió cruzar el río, justo esta tarde, día de procesiones y llevar el coche?
El problema es mío, la irracionalidad es mía, el derecho de transito de los vehículos motorizados pasa a segundo plano cuando el Señor de los Milagros abarrota las avenidas con su anda pesada y sus camisas moradas, cantando a cada paso "Señor de los Milagros aquí venimos en procesión, tus fieles devotos a implorar tu bendición"

Mientras las veredas están llenas de vendedores de velas y las esquinas de bancas y puestos de ponche y diana, no falta el anticucho. Otras veredas están ocupadas por vendedoras de escapularios. El ambiente es de fiesta con altares en las fachadas de algunas casas y adornos morados. 

Algunas cuadras atrás una fila de buses, combis, taxis, e incautos en auto (yo) enfrentamos otra procesión, pausada y bulliciosa con canción propia que no es apta para escribir en este mi blog.

La lucha encarnizada por obedecer al policía enjuto de transito, que pito en mano el desgraciado, nos desvía a tres filas de carros, de una avenida, a una calle de un sólo carril y allí todos luchan por ver quién entra primero y una vez adentro avanzar (si eso se puede llamar avanzar) Algunos lentísimos y desorientados conductores atontados tocan bocina y en ese instante mi impaciencia que estaba al límite se rebalsa. ¡¡¡TOCAN BOCINA!!!

Me calmó por dos motivos, no tengo con quién desquitarme y es el Señor de los Milagros, después de todo para que enojarme, pronto saldremos de este atolladero y la procesión no se repetirá hasta el otro año, así que pongo música y trato de disfrutarla pero no puedo. Abuuuuu! Como voy a disfrutar de la música si en vez de manejar el auto lo que me toca hacer es soltar el freno dejar que ruede unos CENTÍMETROS y volverlo a pisar y así avanzar 600 metros. Cuando veo el semáforo cerca y la luz que cambió a verde pienso que es el último trecho haciendo esa maniobra de penitencia pero una fénix motorizada hace sonar su sirena estaciona la moto frente a los tres carros que tengo adelante y desvía el tránsito a la derecha. 

Cuando me toca voltear la calle camino a quién sabe donde, cada vez más lejos de mi destino, veo a lo lejos las andas, los morados, los faroles  y a mis oídos llega la troya. Avancé mordiendo los diente y con ganas de fumar, algo tenía que hacer, abandonar el carro allí mismo e irme a pie no era opción. 

Dos horas estuve al volante lo que debió ser 30 minutos ¡Uuufff!

¿Hereje yo? No, sólo desinformada. 

jueves, 13 de octubre de 2011

Conversando


¡No siento los pies! ¡No puedo creer que nos pidiera bajar del coche así!.  Comenta Maruja a Sebastián.
Falta un poco más, sólo un poco más.  La alienta Sebastián mientras coge su cansancio lo dobla como el pañuelo que guardó ella en el bolso.
Si miras la luna llena, mientras hacemos esta caminata, te olvidas un poco del cansancio y de lo que pasó esta noche.
No pienses más en él, te dije que era un patán. Si metes las manos en los bolsillos de la casaca sentirás menos frío.
Y si paramos en ese local y pedimos un café.
Y si paramos en ese bar y nos tomamos unas copas.
Y si mejor apuramos el paso que ya es tarde y mañana hay que trabajar.
Y si no vamos más…
 Que la corbata te queda bien lo sé, siempre quiero besarte cuando te veo así pero yo…
…Y si me quedo en casa el día entero y no uso más la corbata.
Y entonces quién pagará las cuentas, eso de cortar el pelo y hacer las uñas ya sabes no me va.
Y si dejo de trabajar en esa oficina de mierda ¿quién comprará tus zapatos de taco? Esos que traes ahora y que tanto han costado.
Y si no dices malas palabras, sería mejor que sólo estamos conversando y ya sabes…
 … Que te pones mal, que no sabes como actuar si me pongo un tanto irritable y decido que siempre sí, que siempre nos metemos a ese bar y nos tomamos unas copas a ver que hay.
Pero hoy no Sebastián, estoy cansada.
… Y que me dices a mí que soy el que trabajo en esa oficina con esos tíos que hablan de mujeres o de futbol y  si no  pues no hablan y yo allí con mi pantalón plisado y mi corbata verde ¿Por qué se le habrá ocurrido al jefe que la corbata del uniforme debe ser de ese horrible verde?
¡Ay! Otra vez la cantaleta de la corbata.
O sea que te gusta.
No, es horrible pero rosada tampoco podía ser.
¿Por qué no? Es un color que está de toda moda,  ¿acaso no has pasado por las tiendas de modas?
Esta semana no, esta semana he estado dormida.
¡Ya empiezas a quejarte! No es un buen día para hacerlo, mira que ese patán...  
¡No me quejo y no quiero hablar de él! Sólo te cuento los hechos.
Yo también he estado dormido, estaba allí junto a ti, en esa cama. ¿No te diste cuenta? Me viste usar mi corbata e irme a la calle pero mientras mis dedos tecleaban el ordenador, mientras mis manos archivaban esos papeles, mientras mis oídos escuchaban ordenes y mi cuerpo subía y bajaba escaleras, mi alma entera estaba allí, a tu lado, en esa cama durmiendo  toda la semana.
Esto cada vez se está haciendo más difícil y me da miedo el pensar en que puede acabar.
No temas, ya sabes como me pongo a veces pesado. Mañana después de una ducha fría, me acomodaré de nuevo la corbata y ese uniforme que con tanto amor me preparas, calzaré mis zapatos negros bien lustrados y bajaré corriendo las gradas para tomar a tiempo el bus y tú te quedarás esperándome junto a la almohada.
Al llegar a casa Sebastián se quita los zapatos de taco, cuelga el bolso en el perchero junto a su saco, unta su rostro de crema humectante para desmaquillarse, retira la peluca rubia de sus cabellos negros y cortos, mira por el espejo su cuarto, está solo y en el colgador su corbata verde.

viernes, 7 de octubre de 2011

Y ahora que le digo


Gabo es un chico muy interesado en los animales por lo que su curso favorito es Ciencia.
Viene del colegio hablando de la tortuga Galápagos y su probable extinción, que el caballito de mar macho es el que tiene a las crías, que si la ballena azul come Krill, que si el pulpo tiene tres corazones y así según se lo dicen en el colegio el viene y sale de las dudas en internet.
Todo hasta allí muy bien,  estoy orgullosa de mi hijo que es un capazo.
El asunto es que esta mañana estaba hablando con su hermana, no sé de que porque yo estaba muy entretenida en alistarme, loncheras, la pequeña, el desayuno, el auto... Mientras NN regaba el jardín y les cantaba a las plantas, sí tal cual, él les canta a las plantas.
Gabo dejó a su hermana y se me acercó con cara de preocupado:

Mamá ¿todavía no se sabe como es que llega el bebé humano a la barriga de su mamá? ¿Es sólo un organismo que le crece?

Fría, me quedé fría, pero claro reaccioné rápido de la manera que lo han hecho las madres desde tiempos remotos (Está en mis genes que le vamos a hacer)

“Gabo ahora estamos apurados para llegar a tiempo al colegio, péinate y arréglate la corbata, el desayuno se enfría.  ¡Aleeee baja a la cocina que el desayuno se enfría!  ¿Y qué esta haciendo tu papá? Corre dile que el baño ya está libre que puede subir a bañarse.

Me fui por la tangente con tantas cosas a la vez que de momento olvidó lo que me había preguntado pero y si vuelve a preguntar.
Aquí quería llegar. ¿Cómo he de contestar su pregunta?

Hijito cuando un hombre y una mujer se aman, se dan tanto amor, Aquí seguro preguntará ¿cómo se dan amor?

Hijito cuando un hombre y una mujer se aman se dan tanto amor, por medio de besos y abrazos que una semillita… AYYYY! No se como se lo voy a decir, olvidémonos de las semillitas.

Hijito cuando un hombre y una mujer se aman se dan tanto amor por medio de besos y abrazos que Dios ¿puedo meter a Dios?  Si meto a Dios no tendré que explicar mucho porque alrededor de Dios siempre hay misterio. A ver como sería eso que mi hijo sólo tiene 9 años…

Hijito cuando un hombre y una mujer se aman se dan tanto amor por medio de besos y abrazos que Dios les envía de premio un bebé.

Creo que así está bien por ahora pero si hace más preguntas tendré que salir de nuevo por la tangente. ¡Que difícil! Yo jamás les hice esas preguntas a mis padres ¿por qué me toca a mí responderlas? Si alguien por allí tiene una idea estoy abierta a opiniones y casi estoy esperando que me den la receta secreta. 

martes, 4 de octubre de 2011

Mi muro

Esta foto la encontré por casualidad en google (creanme puritita casualidad)  no me lo podía creer, es que hace casi 20 años la tenía pegada en una de las paredes de mi dormitorio, era la página de una revista, no recuerdo como llegó a mis manos pero mi muro de entonces estaba cargado de cosas y entre ellas camuflado entre la diversidad estaba este bañista.

Ahora que lo veo no me lo puedo creer, mi mamá nunca me dijo nada de que lo tuviera allí entre afiches varios de cantantes, de actores de cine, notitas escritas por amigas de la secundaria, fotos, versículos de la biblia, que risa.

Ese muro era una verdadera miscelania, me gustaría  haberle tomado una foto.

En el también estaba un poster tamaño natural 1.70 y algo de un chibolo cantante de MDO, un grupo juvenil que llegó a Arequipa al que fui a ver con una amiga y a la salida nos compramos esos afiches, al pegarlo se me ocurrió que ya que era tan grande podía pedirle, a quién entrara a mi cuarto, que dejará algo escrito, por lo que tenía allí muchos autógrafos con buenos deseo, caritas felices y cosas por el estilo.

Este recuerdo me hace sonreír ¡vaya tiempo aquel! ¿qué hacía este papichulo entre todas esas cosas?

Mi mamá nunca comentó nada, nadie lo hizo en realidad, es más una vez fueron a visitarme dos amigas mayores con las que daba catequesis los sábados en un "pueblo joven" digamos que ellas eran mis catequistas y yo a su vez de los niños, las hice pasar a mi cuarto y allí entre todas mis locuras este cuero encuerado, por esa época también dibujaba y pegaba allí mis dibujos y escribía y colgaba allí alguito que cambiaba de vez en vez . Como mi muro era una verdadera obra de arte pues ellas se acercaron a mirar y me dejaron su autógrafo, yo tan tranquila con este pedazo de carne en un rincon no protagónico pero eso que más daba ¿verdad? si no mírenlo.

Me di cuenta de mi error cuando una de ellas se quedó mirándolo con bastante curiosidad, como me abre reido cuando se fueron.

Y tú, de adolescente ¿qué tenías pagado a tu pared?








sábado, 1 de octubre de 2011

Sorpresa que esperabas


La vida da sorpresas que te hacen saltar de alegría, bailar sin música, sonreír a lo bobo darte cuenta y seguir sonriendo a lo bobo.

La vida da sorpresas que te hacen morder las uñas mientras cierras los ojos y en silencio contenido das gracias a Dios emulando sin querer un movimiento algo autista y sintiendo como en esos ojos cerrados empiezan a asomarse lágrimas de agradecimiento y de felicidad.

La vida da sorpresas que te inflan como un globo aerostático de orgullo, de fe, de esperanza y en ese estado subes hasta el cielo donde lo vez todo rosa, como el primer ropón que seguro usará.
La vida da sorpresas que te hacen cumplir promesas y buscas un nombre adecuado que le diga al mundo que fue un milagro ¡UN MILAGRO!

La vida da sorpresas que esperabas,  aguantas las nauseas y te resignas a estar echada pues el médico indico reposo por tres meses y te angustia el mañana porque ella ya está aquí y temes.

La vida da sorpresas y esos tres meses pasan, la irritabilidad cesa, las nauseas paran, ya no estás tan cansada aunque aun preocupada, hablas con ella, HABLAS CON ELLA, la sabes allí, te oye lo sabes.

La vida da sorpresas y llegan los seis meses, estás más confiada, untas tu panza con crema hidratante, preparas tus senos, escoges ropones, zapatitos y ajuares de noche, piensas en colores, en aromas, en estilos, sueñas con sus ojos, con sus manos y sientes… ¡Eso fue una patadita en mi vientre!… SIENTES.

La vida da sorpresas y piensas en el parto ¿será natural o no lo será? Te estremeces un poco en tu lado reservado, contienes el miedo que pronto es superado por las ganas de verla, de oírla, de olerla…  y él te ama y está a tu lado y sueña de noche mientras tú estás despierta soñando también. Él quiere ser papá y tú quieres ser mamá.

Pd. Mi gran amiga va a ser madre y yo así le brindo homenaje. ¡TE QUIERO!