lunes, 30 de mayo de 2011

Hoy no hay que ir a trabajar

Pablo despierta, está cansado a pesar que sus cálculos le indican que ha dormido cerca de 12 horas.
Hoy no hay que ir a trabajar sólo tiene cita con el psiquiatra a las 3.

Su mente está nublada, sus labios secos quizá por el  Alprazolam por lo que apura un vaso de agua que al terminar apoya contra la mesa sin mirar, dispone las cosas para el baño matutino y cae en la cuenta de un enorme agujero en el estómago. Tiene hambre. 
Se coloca la bata sobre una desnudez caótica, cuerpo excesivamente blanco y flaco, casi nada de vello. Aprieta el cinturón para sujetar la felpa a su cuerpo. Calza sandalias y se dirige al cuarto de baño meditando sobre lo vacío de su estómago, de su despensa, de su casa, de su alma. Recuerda que esos pensamientos son los que lo llevaron a donde está y trata de callarlos, se desvía de su camino hacia el cuarto de baño, prende el ordenador y sintoniza una emisora con música criolla. "...Rebeca yo muero por ti..." Dice el estribillo, Una leve sonrisa cruza sus labios, recuerda el amor de una mujer, sus ojos se humedecen y entiende que son esos sentimientos los que lo llevaron a estar donde está. Cambia la emisora a una de noticias y recuerda que debe hacer ejercicios por eso de la adrenalina que sabe le ayudará a sentirse mejor. Enfundado en su bata empieza a saltar la soga mientras concentra sus pensamientos en las noticias. Hoy no tiene que ir a trabajar sólo tiene cita a las tres con el psiquiatra, siente un hueco en el estómago que le recuerda su soledad, lágrimas rebotan en sus lentes de medida que se sacuden en su cara a cada salto al ritmo de la soga que se agita más y más. Debe de ser la adrenalina de los ejercicios lo que lo hace sentir vital.
Su corazón corre a mil y siente el eco de cada latido en su cabeza.
El hambre aún está allí y hoy no tiene que ir a trabajar sólo tiene cita a las tres con el psiquiatra.
Su cuerpo recibe agradecido el agua fría, su corazón se normaliza, las lágrimas ya cesaron, está concentrado, mientras enjuaga sus cabellos, en el reporte financiero de la emisora radial.

Se mete nuevamente en la bata, calza de nuevo las sandalias, camina hasta el ropero y al abrirlo contempla los dos trajes de vestir. Un terno negro que usó en el funeral de su madre, un terno azul que llevó durante un año al trabajo. El negro está nuevo, el azul está viejo.
Abre el cajón de los pantalones casuales y decide ponerse un jean. Hoy no tiene que ir a trabajar, sólo tiene cita a las 3 con el psiquiatra. 


8 comentarios:

No dijo...

Que mal se siente uno cuando se siente así....nada tiene sentido...y la luz de la vida en tenue todo el tiempo...(me acaba de recorrer el espinazo un escalofrío..)

Patito dijo...

Querida NO: Tu entrada de hoy y la mía podrían juntarse para hacer una historia, te imaginas tu chica de la calle pidiendo comida se encuentra con Pablo que se dirige al psiquiatra y... De allí hasta donde vaya nuestra imaginación, una gran historia que podría ser de amor pero también podría ser de terror a lo Edgar Allan Poe o H.P.Lovecraft. Un abrazo.

juan andrés estrelles dijo...

Enhorabuena, te ha quedado realmente perfecto. Un retrato crudo y real de la soledad con que uno puede llegar a tener que afrontar sus problemas. Una crudeza y una realidad que pese a que nos cueste admitirlo es más común y esta más presente en nuestro entorno de lo que nos gustaría. Muy buen relato. Prometo volver a visitarte con más tiempo. Un saludo, nos leemos.

Anusky66 dijo...

que bien has descrito ese bucle de pensamientos que hilvanan vacíos físicos ,mentales y afectivos.

Un besazo

Patito dijo...

Gracias cuentista y si, nos leemos.

Anusky66: En la época en la que vivimos, deberíamos tener como pre-crédito, a cualquier cosa que queramos hacer, un taller como el que estás llevando, las cosas cambiarían muchísimo.

Speedygirl dijo...

Saltar a la acuerda ayuda cuando te sientes así? ¿Seguro? XDDD Como han dicho por ahí arriba, lo has descrito muy bien

pseudosocióloga dijo...

Me ha gustado.

Patito dijo...

Speedgirl: La actividad física te da una sensación de bienestar. Lo aconsejan los psiquiatras para la depresión. :D
Pseudosocióloga: Gracias. Espero que tu pequeña se sienta mejor. :D